
Tesla, la compañía de Elon Musk, comienza la producción de su primer robot humanoide.
13 DE NOVIEMBRE DE 2025 14:03
El lanzamiento está cada vez más cerca: Tesla anunció que la línea de producción inicial de su robot humanoide, Optimus, ya está operativa en la fábrica de la compañía en Fremont, y que una línea de producción a gran escala de tercera generación abrirá sus puertas en 2026. Asimismo, la compañía informó que está probando sus robots en instalaciones y oficinas internas para su uso diario. Según Tesla, el objetivo final es alcanzar un coste de producción de 20.000 dólares por unidad, una cifra que haría que el primer robot humanoide del mundo para el mercado masivo fuera relativamente asequible.
Este anuncio no fue una sorpresa. En las últimas semanas, han surgido informes sobre un pedido particularmente grande de actuadores lineales —componentes críticos para las articulaciones del robot— a proveedores chinos. El pedido sugiere que Tesla ha completado la fase final de diseño del modelo Optimus V3 y se está preparando para la producción en masa. Informes de la industria china indican que las soluciones a los problemas en las manos del robot —consideradas durante mucho tiempo un cuello de botella en la ingeniería— ya se han probado con éxito, y que el diseño de manos de última generación permite ahora un movimiento mucho más preciso y delicado.
Mientras tanto, un nuevo vídeo publicado por Tesla ha vuelto a despertar la curiosidad en internet: en él se ve al robot realizando ejercicios de kung fu y entrenamiento de equilibrio en tiempo real, incluyendo la reacción a un empujón y la recuperación total sin caerse. Esta demostración pone de manifiesto una mejora significativa en velocidad, equilibrio y coordinación, marcando una transición desde sistemas experimentales acelerados al control autónomo en tiempo real.
En el corazón de Optimus se encuentra un conjunto de cámaras y sensores que generan un modelo 3D de su entorno, lo que le permite identificar objetos y personas y desplazarse por entornos complejos. Al mismo tiempo, el sistema de inteligencia artificial de Tesla —basado en el vasto conocimiento adquirido en el desarrollo de la conducción autónoma— convierte comandos simples como «recoge esta caja» o «coloca la herramienta en el estante» en una serie de acciones complejas que implican la estimación del peso, la planificación del agarre, el control del equilibrio y la coordinación articular.
Mecánicamente, la nueva generación de Optimus se basa en una estructura más ligera, lo que le permite transportar cargas medias durante largos periodos sin fatigarse. Sus compactas articulaciones eléctricas, accionadas por sistemas de actuadores de alta densidad y sensores de presión avanzados, le confieren flexibilidad y estabilidad incluso en superficies resbaladizas. Tesla prevé que el robot funcione durante largas horas de forma continua sin sobrecalentarse, un requisito fundamental para su uso industrial.
Una de las principales incógnitas es la eficiencia y durabilidad del robot en comparación con un trabajador humano. Según las estimaciones, Tesla deberá demostrar que el robot puede trabajar una jornada completa sin recargarse ni sufrir averías, y que su mantenimiento es sencillo y económico. Se prevé que la empresa comience a utilizar los robots internamente en sus propias instalaciones de fabricación para recopilar datos y mejorar su rendimiento antes de su lanzamiento comercial.
Mientras tanto, la competencia no se queda atrás: Figure AI ya está implementando robots humanoides en fábricas de automóviles y promoviendo la integración del movimiento y la comprensión del lenguaje. Agility Robotics opera una línea de producción de robots bípedos en Oregón para fines logísticos, y Apptronik, con sede en Texas, está probando su modelo Apollo. En China, la competencia también es feroz: Ant Group, de Jack Ma, presentó recientemente a R1, un robot que cocina y sirve comida, aunque todavía en un nivel bastante básico.
Tesla cuenta con una ventaja significativa sobre todos ellos: combina inteligencia artificial avanzada, una amplia experiencia con cámaras y sensores de vehículos autónomos y una enorme infraestructura de fabricación propia. Elon Musk resumió su visión de forma sencilla: «Robots que realizan cualquier tarea repetitiva, peligrosa o simplemente aburrida». Según él, el objetivo de la compañía es reducir el coste del robot a 20 000 dólares, aproximadamente el precio de un coche nuevo pequeño.
La primera generación de robots, que probablemente aparecerá en 2026, estará destinada exclusivamente al uso interno y a grandes empresas industriales. Posteriormente, si demuestran ser estables y duraderos, se espera que los modelos de consumo lleguen a los hogares, ayudando con tareas cotidianas como doblar la ropa, limpiar o cuidar a las personas mayores.


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